Desolador panorama para la izquierda en los EE.UU

El presidente Joe Biden, con una agenda apegada a la extrema izquierda y recesión económica, se ha encargado de enterrar las expectativas y planes demócratas. El vaticinio de lo que podría ser el mayor descalabro demócrata en las últimas dos décadas, bajo la administración de Joe Biden en las elecciones legislativas de medio término, representa el entierro de los planes de la extrema izquierda y sus esperanzas cifradas en la Casa Blanca para implementarlos. La peor inflación en casi 50 años tiene al 63% de los estadounidenses viviendo de cheque en cheque, sin la menor posibilidad de ahorros, vacaciones o una vida confortable, según un informe reciente de LendingClub. Biden ha logrado lo impensable años atrás: Casi la mitad de quienes ganan 100.000 dólares anuales entraron también en la lista de vicisitudes y ahora afirman que se las arreglan como pueden.

¿Qué hay en juego en los comicios del 8 de noviembre? Muchas cosas, la principal: el destino de la nación y la defensa de la democracia bajo los valores conservadores sobre los que se fundó y se desarrolló el país como primera potencia. Los republicanos son favoritos para ganar la mayoría en ambas Cámaras del Congreso, impulsados por la frustración de los electores y su inconformidad con la situación económica.

En la Cámara de Representantes sólo cinco escaños le bastan al bando rojo en decenas de distritos bajo disputa. De ganar, la bancada republicana elegirá a un nuevo presidente que debe ser Kevin McCarthy, quien sustituirá a la actual líder demócrata, Nancy Pelosi, el 3 de enero de 2023. Los conservadores estarán al frente de todas las comisiones y decidirán cuáles proyectos de ley irán al pleno de la Cámara Baja.

El líder republicano McCarthy ya presentó su plan “Commitment to America” (“Compromiso con Estados Unidos”), una amplia plataforma de políticas económicas, seguridad fronteriza y otros temas que el Partido Republicano presentaría en los primeros días del siguiente Congreso.

Un regreso al poder republicano en la Cámara Baja significa el triunfo de la estrategia económica del expresidente Trump, que arrojó resultados positivos incuestionables en sus cuatro años de mandato para beneficio de EEUU. Del otro lado, las controversiales prioridades demócratas como el aborto; los enormes gastos en política internacional, proyectos sociales y el cambio climático junto al control en la venta y tenencia de armas de fuego, serían rechazadas de inmediato en respuesta a las acciones de la izquierda y la extrema izquierda entre 2021 y 2022.

La mayor parte o casi toda la agenda de Joe Biden quedaría muerta para los próximos dos años de su mandato, aunque nada se convierte en ley sin la firma del inquilino de la Casa Blanca.

Un esperanzador freno a la agenda radical

Sin embargo, este es el freno que esperan millones de estadounidenses, conservadores o no, ante un país con severas crisis. Las iniciativas para financiar al gobierno, elevar el límite de la deuda y lidiar con asuntos militares y de seguridad nacional son necesarios para que el gobierno federal funcione. Muchos otros temas trascendentes de los cuales la extrema izquierda ha sacado ventaja con una [legislación de emergencia sanitaria extendida] -solo para poder aprobar leyes- terminarán archivados o intensamente discutidos.

Prácticamente todos los proyectos de los republicanos fueron marginados desde el primer momento en que los demócratas asumieron el control de la Cámara de Representantes y la mitad del Senado con el voto adicional de la vicepresidenta Kamala Harris. Sin embargo, Biden se cansó de hablar durante su campaña sobre la necesidad de la defensa del bipartidismo y la unidad nacional.