El pasado 25 de mayo, en la celebración de la fecha patria argentina que organizó el consulado en Miami, nos encontramos con un emprendedor, Mario Graziano, que con su empeño, entusiasmo y entrega junto a su esposa lograron crear una emblemática empresa gastronómica con todos los productos que se relacionan a la misma.
Dos veces al año viaja a Argentina, pero “Gracias a la tecnología, las cámaras y los nuevos teléfonos, estoy viendo el día el día en todos los Graziano’s. Si observo que algo no está bien, llamo inmediatamente”, comenta el patriarca. Graziano. Tenía 8 años cuando después de la Segunda Guerra Mundial, su familia dejó Italia para radicarse en Buenos Aires. Sus padres abrieron un almacén y una carnicería. Graziano estudiaba diseño mecánico por las mañanas y trabajaba en la carnicería por las tardes. La carne ganó.
Tenía 18 años, en 1962, cuando abrió la primera de 11 carnicerías en la ciudad. En 1989 vendió todo y se mudó a Miami con su esposa y tres hijos adolescentes. Ahí, Graziano repitió la historia, abriendo su primer Graziano’s, una verdadera “Carnicería Argentina” con parrillada al borde de la calle, donde los clientes se sentaban en casilleros de refrescos. Su hijo Leo asaba carnes sobre madera importada de Argentina y sus dos hijas, Cecilia y Carolina, servían las mesas.
Un cliente de la China le decía con insistencia: “Argentino, tengo un local para alquilarte”, recuerda Graziano. “Tanto insistió, que fui al lugar”. Ahí nació oficialmente el imperio Graziano’s, en la dirección que aún conserva: 3922 SW 92 Avenue. Y a pocos pasos, su primer restaurante, en Bird Road.
“Todos los días me paraba en la puerta con una túnica blanca para recibir a los clientes. ¡Parecía un doctor! Pero, yo era simplemente el carnicero que les daba la bienvenida”, recuerda Mario con una amplia sonrisa.