El presidente Joe Biden intentó consolar ayer domingo a una ciudad en duelo por el asesinato de 19 estudiantes de primaria y dos maestras a manos de un atacante solitario en Texas. Al escuchar a la multitud corear “¡haga algo!” a su salida de una misa antes de reunirse en privado con los familiares de las víctimas, Biden respondió: “Lo haremos”.
En la Escuela Primaria Robb, Biden se detuvo ante un monumento conmemorativo improvisado con 21 cruces blancas —una por cada víctima— y Jill Biden dejó un ramo de flores blancas frente al letrero de la escuela. Observaron cada uno de los 21 monumentos individuales, y la primera dama tocó las fotografías de los niños mientras la pareja recorría el homenaje.
La visita a Uvalde fue el segundo viaje de Biden en igual número de semanas para consolar a una comunidad en duelo por muertes trágicas en un tiroteo. El 17 de mayo viajó a Buffalo, Nueva York, para reunirse con los familiares de las víctimas y condenar la supremacía blanca después de que un atacante inspirado en la teoría racista “del reemplazo” asesinó a 10 personas negras en un supermercado.