Basado en parte en las emisiones de carbono, un nuevo estudio que utilizó simulaciones identificó dos puntos de inflexión para la capa de hielo de Groenlandia: la liberación de 1000 gigatoneladas (miles de millones de toneladas) de carbono a la atmósfera hará que la parte sur de la capa de hielo se derrita; unas 2500 gigatoneladas de carbono significan la pérdida permanente de casi toda la capa congelada.
Con las continuas emisiones de dióxido de carbono por la quema de combustibles fósiles, la atmósfera no frena su proceso de calentamiento, lo que tiene consecuencias dramáticas para las capas de hielo de la Tierra. Comprender el destino futuro de la capa de hielo de Groenlandia en el contexto de las emisiones de CO2 es crucial para predecir el aumento del nivel del mar.
La temperatura del aire y del agua, las corrientes oceánicas, la precipitación y otros factores determinan qué tan rápido se derrite y dónde pierde hielo. La complejidad de cómo esos factores se influyen entre sí, junto con los largos plazos que los científicos deben considerar para derretir una capa de hielo de este tamaño, dificultan la predicción de cómo responderá esta superficie a diferentes escenarios climáticos y de emisiones de carbono.
La capa de hielo de Groenlandia ya se está derritiendo; entre 2003 y 2016, perdió alrededor de 255 gigatoneladas cada año. Gran parte del derretimiento hasta la fecha se ha producido en la parte sur.
La temperatura del aire y del agua, las corrientes oceánicas, la precipitación y otros factores determinan qué tan rápido se derrite y dónde pierde hielo. La complejidad de cómo esos factores se influyen entre sí, junto con los largos plazos que los científicos deben considerar para derretir una capa de hielo de este tamaño, dificultan la predicción de cómo responderá esta superficie a diferentes escenarios climáticos y de emisiones de carbono.
De entre esas simulaciones, los investigadores derivaron el punto de inflexión de carbono de 1000 gigatoneladas para el derretimiento de la parte sur del área congelada y el de carbono de 2500, aún más peligroso, para la desaparición de casi toda la capa de hielo.
El especialista remarcó que “no podemos continuar con las emisiones de carbono al mismo ritmo durante mucho más tiempo sin arriesgarnos a cruzar los puntos de inflexión. La mayor parte del derretimiento de la capa de hielo no ocurrirá en la próxima década, pero no pasará mucho tiempo antes de que ya no podamos trabajar en contra de ese desenlace”, concluyó.