Hoy es 31 de diciembre. Y mañana, “año nuevo, vida nueva”. La ilusión que nos genera el fin de una etapa y comenzar una nueva es increíble. Y se festeja a lo grande. La tradición latina dice que “Navidad con la familia, Año Nuevo con los amigos”, es decir que con los amigos (que son esa familia que se elige) tenemos y gozamos más libertades que con la familia de sangre; con ellos podemos hacer y decir lo que queramos, dado que son nuestros cómplices. Se come mucho, se bebe mucho y la celebración termina en la mañana del 1° de enero. Hay más de 40 sistemas distintos de medir los años alrededor del mundo. La inspiración de un Papa y los errores del encargado de establecer cuál fue el “año cero”.
Todo eso y mucho más ocurren en esta noche. Extrañamente, y a pesar de los rigores de la canícula que imperan por estas regiones del mundo, no es tradición salir a hacer el conteo final de 10 hacia atrás a las plazas. Debería ser así, dado que el calor nos expulsa de estar encerrados entre cuatro paredes, pero no. Tampoco lo del conteo es muy exacto. Festejamos las 0 horas del 31 de diciembre con una variación entre 5 o 10 minutos, antes o después del huso horario.