En países como Estados Unidos, Reino Unido, España y Alemania, entre otros, se han visto en los últimos días manifestaciones a favor de Palestina. Lo preocupante es que muchas han sido masivas y entre estas personas hay quienes comparten la interpretación extremista del islam.
En los últimos días, muchas de las democracias occidentales vieron en sus calles marchas, que en teoría se denominaban como “manifestaciones en favor de Palestina”. Lo cierto es que son reivindicaciones de la agenda y accionar del grupo terrorista Hamás y sus ataques a la población civil israelí, tal como ocurrió el pasado sábado 7 de octubre con una masacre que dejó más de 1400 muertos en Israel que, como era de esperarse, respondió militarmente con bombardeos en la Franja de Gaza.

Muchas de estas demostraciones públicas fueron indudablemente masivas, lo que deja en evidencia el crecimiento exponencial de la población islámica en las democracias occidentales. También es claro que muchas de estas personas comparten la interpretación extremista del islam, lo que puede llegar a ser un problema en el mediano plazo para muchos países. Con más dudas que certezas, es momento de analizar los escenarios a futuro cuando en muchos de estos casos se cuestiona duramente la respuesta israelí calificándola como “desproporcionada”, pero no se condena el terrorismo de Hamás.
Al mismo tiempo, se han realizado grandes manifestaciones en países europeos como Italia, Francia, Inglaterra, España, Suecia y Alemania en la que los miles de refugiados islamitas que han llegado durante las últimas décadas, han apoyado las acciones terroristas de Hamás. Con las agresiones que ya se han reportado contra las familias judías en Europa, se revive el nazismo en pleno siglo XXI, lo que ha obligado a las autoridades de Francia y Alemania a tomar decisiones como criminalizar estas muestras de apoyo al terrorismo e incluso comenzar deportaciones inmediatas a quienes apoyen al extremismo islámico.

Pero, ¿por qué la izquierda revolucionaria apoya tan inhumanas acciones de un grupo tan o más cruel que ISIS? Veamos cuatro claves que nos ayudan a entender esta posición de la izquierda occidental:
- Revivir al Imperio Persa, Irán, fortaleciendo el extremismo islámico por encima de los otros grupos árabes. A pesar de las sanciones occidentales, Irán ha conseguido desarrollar poder militar y su influencia en el Medio Oriente contra Occidente. Su política exterior ha privilegiado las relaciones fuera de su órbita natural como por ejemplo en Sudamérica, en especial con el régimen chavista, lo cual le ha permitido desafiar a los EE. UU. en su región natural de poderío. Asimismo, es un régimen que dentro del Medio Oriente tiene coincidencias con la Rusia de Vladímir Putin, como por ejemplo en ver con recelo las ambiciones de Turquía en la región, y también tiene coincidencias con el Partido Comunista Chino en cuanto a contrarrestar el crecimiento de la influencia de los EE. UU. en el Medio Oriente y en Asia central.
- La revolución islámica coincide con los objetivos revolucionarios de la izquierda occidental: destruir a los EE. UU., Europa e Hispanoamérica. El proceso de subversión ideológica llevada adelante por décadas en Occidente ha generado sus efectos en los últimos años. El relativismo de los valores, las agendas antipatrióticas, el multiculturalismo, la revolución de las instituciones sociales para desarraigar a las masas, el odio al cristianismo y la corrupción de la democracia, generan como consecuencia la desestabilización en las sociedades occidentales.
- Todo alineado con la narrativa de la multipolaridad, la destrucción del capitalismo, la agenda climática y la destrucción de las economías, crean un contexto de debilidad regional favorable a los proyectos imperiales antioccidentales: así como Rusia y China se enfrentan a la “opresión norteamericana”, también lo hace Irán en el Medio Oriente.
- Continuar la agenda nazista en el siglo XXI: destruir el Estado de Israel y exterminar a los judíos. Como en el Medio Oriente Israel representa un salto a la modernización, ya que comparte los valores occidentales de libertad y democracia, el contraste con el proyecto radical islámico es absoluto. Siendo los EE. UU. el principal aliado de Israel, los iraníes y sus grupos terroristas han convertido la causa palestina en la excusa perfecta para la eliminación del Estado de Israel y de los judíos. Todo esto basado en el origen nazista del movimiento palestino así como todo lo que hay detrás de la construcción de la narrativa alrededor de la creación del Estado palestino.