La señora contó que siempre lo ha seguido, cuando sufre, cuando lo maltratan y consideró que era este el momento de enviarle la misiva. Mónica Dómina quien fue profesora de Messi en la Escuela General Las Heras, en Rosario, Argentina, envió una conmovedora carta minutos previos al partido final donde la selección de ese país se coronó campeona de la Copa Mundial y expresó que antes de morirse le gustaría abrazar al astro.
En una entrevista con un periodista de Super Deportivo Radio, la señora manifestó que desde que el jugador argentino tenía 9 años no lo ve. En la misiva, donde revela su deseo de abrazarlo para despertar de «ese sueño» de haber sido su maestra, Dómina presagió lo que se convertiría en una realidad: «Te veo levantando la copa», escribió. De acuerdo con su testimonio, Dómina padece de afecciones cardíacas, por lo cual espera volver a estar delante de él, según contó entre lágrimas antes de leer la epístola.
También confirmó que la idea de redactarle una carta surgió de su inmenso deseo. «Lo he seguido desde 2005 cuando apareció en un diario una foto que decía de sus avances en España. Empecé a seguir toda su vida. Cuando sufre, cuando lo maltratan y ahora que lo veo tan feliz dije ‘bueno, este es el momento'». En conversación con ese medio, manifestó su esperanza de que la carta le llegara a Messi con la ayuda de SDR y las redes sociales, donde se había compartido posteriormente.
«Cierro los ojos y lo veo con ese flequillo, menudito, sentadito. Era muy pequeñito y silencioso, en vez de 6 años, parecía de 4 (…) Dentro del salón era un niño timidón y cuando sonaba la campana salía corriendo a jugar a la pelota», recordó la maestra. Nostálgica, la señora mostró una tarea escrita por el mejor jugador del mundo cuando cursaba la primaria, pues todavía conserva recuerdos de sus alumnos, dijo. A continuación, reproducimos íntegramente la carta de Mónica Dómina:
«Hola, Lionel. Gracias a Dios por ser tu maestra. Gracias a vos por ser mi alumno. Gracias por ser como sos, un ser de luz, maravilloso, sensible, sencillo, compañero, familiero. Gracias por dejarme sentir este orgullo de haber sido parte de tu vida y que hayas nutrido la mía. Gracias por seguir siendo un rosarino neto. Tu felicidad es la mía. Me gusta mucho que puedas expresar tus sentimientos. Gracias por tus glorias.
Me encantaría abrazarte para despertar de este sueño que fui tu maestra a puro honor.
Gracias por darnos felicidad extrema en estos tiempos de tantos contratiempos, porque supiste llevar a tu grupo al lugar donde están hoy. Le diste tranquilidad, seguridad, ánimo para seguir y ganar.
Ya nos hicieron felices.
A seguir hasta el final. Ustedes pueden.
Te veo levantando la copa.
Mucha suerte. Te quiero».