El esfuerzo de superación de Ángel Di María y toda su familia debería servirnos para entender que la mejor manera de ayudar a los pobres a salir de esa condición es generar un ámbito en el que puedan trabajar y progresar.
¿Qué pueden aprender sobre competencia, libre comercio, pobreza, regulaciones e innovación a ambos lados del Atlántico?
El triunfo de Argentina en el Campeonato Mundial de Fútbol organizado por Catar le ha entregado a Lionel Messi el último trofeo que le faltaba. El logro de la Selección Argentina también ha dejado varias lecciones que pueden extrapolarse mucho más allá del fútbol. Aquí van tres lecciones que nuestros políticos pueden aprender los campeones mundiales:
1. La competencia nos hace mejores
Previo al comienzo de la Copa Mundial en Catar generaron mucha polémica las declaraciones del entonces entrenador de la Selección española, el Sr. Luis Enrique Martínez García. Consultado acerca de si consideraba que fuera un déficit haber enfrentado sólo selecciones europeas desde 2018, Luis Enrique contestó enfáticamente: “No lo creo, la verdad es que no. No creo que nos haga falta jugar contra selecciones de otro continente”.
Ya en el Mundial, España perdió con Japón en la fase de grupos y fue eliminada en Octavos de Final por Marruecos. Por su parte, Luis Enrique fue forzado a dejar se cargo de seleccionador. La Unión Europea (UE) haría muy bien en evitar las tendencias aislacionistas y eurocéntricas de la UEFA, si quiere evitar resultados similares.
Por ejemplo, pese a sus innegables buenas intenciones, las recientes noticias de un arancel a las importaciones basado en las emisiones de carbono parecen apuntar más hacia una excusa anti-comercio que a una verdadera preocupación medioambiental. De hecho, economistas como Philipp Bagus vienen advirtiendo de las tendencias aislacionistas dentro de la UE. Según Bagus, Bruselas practica un doble juego en el cual la UE se comporta como una fortaleza proteccionista hacia el exterior y un imperio intervencionista hacia el interior.
Por el contrario, la UE debe asegurar un marco de libre comercio y competencia que beneficie a todos sus ciudadanos. Los enemigos del comercio internacional olvidan que la competencia no es meramente rivalidad, también es cooperación. Al competir, los rivales se ayudan a mejorar, a alcanzar la mejor versión de sí mismos. O cómo lo explicó el filósofo Immanuel Kant con su célebre metáfora del bosque:
“Tal y como los árboles logran en medio del bosque un bello y recto crecimiento, precisamente porque cada uno intenta privarle al otro del aire y el sol, obligándose mutuamente a buscar ambas cosas por encima de sí, en lugar de crecer atrofiados, torcidos y encorvados como aquellos que extienden caprichosamente sus ramas… apartados de los otros”.
Latinoamerica es una región donde el flagelo de la pobreza sigue estando muy presente. Las actitudes políticas suelen considerar a los pobres como “discapacitados” que jamás podrán abandonar dicha condición. Por ello, la solución suele ser un asistencialismo tosco que genera clientelismo y atenta contra la cultura del trabajo.
El Padre Opeka, un sacerdote católico que hace décadas trabaja en Madagascar y ha construido una ciudad para 25 mil personas en donde antes había un basural, es un enemigo acérrimo del asistencialismo que se contenta con anestesiar a los pobres arrojándoles algo de dinero. “Tiene que haber una ayuda del Estado para los casos difíciles como las madres solas con muchos hijos o a los discapacitados. Hay que ayudar, pero no asistir”, afirma Opeka, “porque asistir a una persona que puede trabajar es hacerla dependiente y esa persona nunca va a ser una persona en serio”.
El esfuerzo de superación de Ángel Di María y toda su familia debería servirnos para entender que la mejor manera de ayudar a los pobres a salir de esa condición es generar un ámbito en el que puedan trabajar y progresar. Privarlos de su dignidad al volverlos adictos a un subsidio estatal los fosiliza en la pobreza.
Con los pobres de nuestros países tenemos una deuda muy grande. Pero la misma no se saldará con cheques. La manera de pagarla es generar un orden social competitivo, que le permita florecer y dar trabajo a los talentosos y que premie a quienes se levantan temprano a trabajar.
Este artículo fue publicado inicialmente enFundación Internacional Bases.
Federico N. Fernández es Director Ejecutivo de Somos Innovación (la alianza latinoamericana en favor de la creatividad y la innovación) y CEO de We Are Innovation (la organización hermana de Somos Innovación para Europa). Federico es también Presidente de la Fundación Internacional Bases.