Sea fiebre o malestar, “la mejor manera de saber si es una cosa o la otra es sometiéndose a la prueba”, aconsejó la doctora Aileen María Marty, experta en enfermedades infecciosas. Nuevos casos de COVID, hospitalizaciones y muertes han ido en aumento en los dos últimos meses en Florida y no son pocos los especialistas que temen un repunte, en medio de una temporada de flu, con síntomas primarios comunes, que confunde a muchos.
Una vez que obtenga el resultado, “debe seguir las instrucciones para atender un padecimiento u otro, y así evitar males peores”, subrayó la especialista, quien, además de haber sido asesora de salud para el Condado Miami-Dade, cuenta en su haber con investigaciones para la Organización Mundial de la Salud y otras instituciones médicas durante los brotes de ébola y zika y más recientemente el COVID-19, cuando.
En efecto, hay síntomas primarios comunes en ambos padecimientos: fiebre o escalofríos, tos, dolor de garganta, congestión, dolores musculares o de cabeza y fatiga. Si resulta negativo de COVID, es que tiene flu, y eso se puede atender, según las indicaciones de un médico. Otros síntomas, como dificultad respiratoria, pérdida del gusto o del olfato, náuseas o vómitos o diarrea están asociados a la COVID y suelen presentarse en la segunda etapa de la enfermedad.
En otras palabras, si la persona está vacunada y resulta positiva de COVID, las consecuencias son menores, y si la persona no está vacunada “hay medicamentos disponibles para prevenir un mal mayor”. Acorde con el informe semanal de la autoridad estatal de Salud, la media de positividad en las pruebas de COVID aumentó de 7.8% en noviembre a 17.5% en enero.
Entretanto, Florida reporta una media de unos 4.425 nuevos casos y 22 muertes por COVID cada día. En resumen, las defunciones han aumentado 78%. De cualquier manera, mientras se acerca la temporada alta de la influenza, que tiene una mayor incidencia en febrero, con cientos de miles de afectados, el virus COVID y sus variantes deambulan tras bambalinas a la caza de quienes no se han vacunado.
“Gracias al alto porcentaje de vacunación contra la COVID”, más del 73% de la población de Florida con al menos una dosis, recordó la especialista, “las posibilidades de sufrir un efecto severo son menores”, acentuó. En Miami-Dade la situación es peor: 22% de positividad, lo que sitúa al condado más poblado de Florida en un nivel similar a 2020, cuando se establecieron medidas regulatorias con el uso de mascarillas y cierres de locales comerciales y escuelas.
“El índice de positividad es alto, pero las circunstancias son diferentes. Hoy la mayor parte de la población está vacunada, y no es lo mismo tener un simple malestar o fiebre temporal que caer en un estado de gravedad y morir”, resaltó el también epidemiólogo Dr. Hugo Lara.
El condado Miami-Dade, que llegó a ser epicentro de la pandemia, suma 1.51 millones de infecciones y más de 12.000 muertes desde que comenzó la pandemia en marzo 2020.