Impulsado por la Federación Mundial de Neurología, con la finalidad de concientizar e informar sobre la importancia que tiene la salud cerebral, cada 22 de julio se celebra el Día Mundial del Cerebro. Este año, el lema que proponen desde la asociación, a modo de campaña global, es “Salud cerebral y discapacidad”.
En ese sentido, es fundamental concientizar sobre las diferentes enfermedades del cerebro que existen, tanto neurológicas como psiquiátricas, entre las cuales se encuentran: el accidente cerebrovascular, el Alzheimer y otros tipos de demencias, la epilepsia, la condición del espectro autista, el trastorno bipolar, el trastorno depresivo, entre otras.
Seis de las diez enfermedades que producen mayor discapacidad son mentales. En línea con ello, “Se debe tener una mirada inclusiva con respecto a dichas discapacidades, en pos de derribar el estigma que aún hoy en día existe alrededor de esos casos y de que se le pueda brindar al paciente herramientas que tengan un impacto positivo no sólo en su calidad de vida, sino también en la de su entorno y en la de quienes asumen con gran dedicación la tarea de asistirlos a diario”.
La ayuda de los profesionales, los tratamientos y la rehabilitación, las nuevas tecnologías, y la inclusión social pueden contribuir a disminuir notablemente el impacto que las diferentes discapacidades pueden tener en los individuos y otorgarles un mayor bienestar.
“Es importante aclarar que las distintas condiciones neurológicas o psiquiátricas que afectan el funcionamiento cerebral pueden presentar no sólo manifestaciones motoras o sensoriales, sino también cognitivas y conductuales. Es decir, pueden repercutir en la memoria, la atención, la planificación, el procesamiento de la información o en las habilidades sociales”.
En línea con el lema propuesto por la Federación Mundial de Neurología para este 2023, sobre salud cerebral y discapacidad, es necesario reconocer la importancia que tiene el abordaje holístico, además de comprender y accionar sobre las barreras que pueden limitar la participación y la inclusión de las personas con diversidad funcional dentro de la comunidad. En muchos casos, enfrentan dificultades para acceder a servicios de salud adecuados, oportunidades educativas, empleo, entre otras cuestiones significativas.
Vinculado con ello, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad impulsa el modelo social de la discapacidad, el cual pone énfasis en la responsabilidad colectiva de eliminar toda aquella exclusión que restrinja la participación plena de las personas que la presentan. En función de este enfoque, se entiende que la discapacidad no es una característica inherente a la persona, sino el resultado de la interacción entre la condición de salud y las barreras presentes en la sociedad.