Temerosos de arriesgar sus puestos de trabajo, de poner en peligro la financiación estatal de sus instituciones y de politizar aún más la atención sanitaria, dirigentes de los hospitales de Florida se han mostrado reacios a pronunciarse en contra de una nueva ley que los obliga a preguntar estatus migratorio de los pacientes.
Aunque Florida se une a Kansas, Texas y Mississippi y otros estados que proponen medidas enérgicas contra los inmigrantes que carecen de residencia legal, ningún otro ha ordenado que los hospitales pregunten a los pacientes por su ciudadanía. Médicos, enfermeras y expertos en política sanitaria afirman que la ley ataca a personas marginadas que ya tienen dificultades para desenvolverse en el sistema de salud y que les disuadirá aún más de buscar ayuda médica.

Olveen Carrasquillo, médico y profesor de la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami, dijo que le consterna que no haya más profesionales de salud que se pronuncien contra el daño que puede causar la ley.
«Imagina que todos los hospitales dijeran: «Esto está mal. No podemos hacerlo». Pero se quedan callados porque pueden perder la financiación estatal», explicó Carrasquillo. «Tenemos líderes políticos que son muy vengativos y que van a por ti».
Promocionada por el gobernador republicano Ron DeSantis como «la legislacion mas ambiciosa contra la inmigracion ilegal» del país, la ley de Florida fue promulgada en julio y exige, entre otras cosas, que los hospitales pregunten en sus formularios de admisión si un paciente es ciudadano estadounidense o si se encuentra legalmente en el país.

Los hospitales deben enviar la información trimestralmente a la Agencia Estatal de Administración Sanitaria, que a su vez informará una vez al año a los legisladores de Florida sobre el total de ingresos, visitas a emergencias y costo de la atención a residentes no autorizados.
Bailey Smith, director de comunicaciones de la agencia, dijo en un correo electrónico que la información proporcionará «una transparencia muy necesaria sobre la carga de la inmigración ilegal en el sistema sanitario de Florida. La recopilación de estos datos permite a los contribuyentes entender dónde se abusan sus dólares ganados con esfuerzo».
Pero los inmigrantes en general, sobre todo los que carecen de residencia legal, recurren muy poco a la atención sanitaria, afirmó Leigthon Ku profesor de política y gestión sanitarias de la Universidad George Washington y experto en salud de los inmigrantes. Ku agregó que algunos estudios sugieren que los inmigrantes pagan impuestos y primas que ayudan a subvencionar la atención sanitaria de los residentes estadounidenses, lo que contrarresta la idea de que agotan los recursos sanitarios. «Los inmigrantes ayudan a sostener el sistema», afirmó.

Casi 80 profesionales de la salud firmaron una carta pública en abril oponiéndose a la legislación de Florida. A pesar de esta fuerte oposición a la ley, algunos hospitales públicos de los condados de Miami-Dade y Broward en el sur de Florida, con significativa población inmigrante, restan importancia al efecto sobre los pacientes o sus instituciones.
«Este elemento de la nueva ley no tendrá prácticamente ningún impacto en el Jackson Health System ni en sus pacientes», declaró Krysten Brenlla, vocera de la red de cuatro hospitales públicos de Miami-Dade.
Brenlla dijo que el hospital pide a los pacientes que revelen voluntariamente su país de nacimiento y, para los nacidos fuera de Estados Unidos, su estatus migratorio.
Yanet Obarrio-Sánchez, portavoz del Memorial Healthcare System, que gestiona seis hospitales públicos en el condado de Broward, señaló que aunque el personal pregunta a los pacientes sobre su situación migratoria en el momento del registro, mediante formularios digitales, el hospital «seguirá atendiendo a todos».
Pero ese no es el mensaje que reciben muchos inmigrantes, dijo Rosa Elera, vocera de la Florida inmigration Coalition una red sin fines de lucro de organizaciones comunitarias, trabajadores agrícolas y otros grupos de defensa de los inmigrantes. «Se ha creado temor», dijo Elera. «Hay preocupación».