Florida: los inversionistas preocupados ante el desplome en Bienes Raíces

En los últimos cinco años, Florida, se ha consolidado como un estado predilecto para millones de estadounidenses y extranjeros. El gobierno de Ron DeSantis, en su diametral oposición a las políticas fallidas de la administración de ha tenido un papel preponderante en lo que representa Florida y sus grandes ventajas.

Desde hace casi cuatro años, más de un millón de estadounidenses se mudaron a este estado para residir no sólo por sus condiciones climáticas favorables, sino como un lugar de respeto a las leyes, prosperidad y defensa de los valores conservadores, entre ellos el rol fundamental de los padres en la educación de sus hijos y la guerra a las tendencias socialistas, una moda que intenta arraigar la extrema izquierda dentro del Congreso en Washington.

Las decisiones firmadas por DeSantis durante la pandemia -contrarias a las restricciones del gobierno federal- contribuyeron a incrementar el flujo migratorio desde otros estados gobernados por demócratas, donde el aumento de la delincuencia, los altos impuestos y el irrespeto a las leyes se convirtieron en graves y crónicos problemas.

En las recientes elecciones de medio término, Florida ratificó su condición de estado republicano por excelencia y el condado Miami-Dade, antes bastión azul durante 20 años, se coloreó también de rojo. Luego de que la Reserva Federal tomara partido en intentar frenar la alta inflación con subidas de tasas de interés, la industria inmobiliaria en Estados Unidos ha visto caer sus ventas de forma estrepitosa durante 9 meses consecutivos. Expertos auguran que la tendencia seguirá en 2023.

La Florida y en especial el sur de Florida no han escapado a este fenómeno. Lo que en el 2021 y principios del 2022 fue una panacea para los vendedores y el mercado inmobiliario floridano parece haber cambiado drásticamente.

El mercado inmobiliario de Florida experimenta una desaceleración que ha puesto a temblar a los inversionistas y agentes de bienes raíces que ven cómo se cancelan las ventas de viviendas en al menos seis ciudades y cómo cientos de propiedades llevan meses en los listados sin poderse vender.

La situación es totalmente lo opuesto al 2021. En ese momento, una propiedad en buenas condiciones apenas duraba una o dos semanas en venta sin que fuera atrapada por varios interesados y una lluvia de ofertas sobrevaluadas de compraventa.

Mientras la prensa disfraza la realidad para los estadounidenses y se suma al optimismo sin sentido de la Casa Blanca, los próximos meses encaran una realidad más escarpada en la vida diaria de los estadounidenses y su poder adquisitivo.

Se espera incluso que las ventas navideñas estén muy lejos de los datos de la época prepandémica (2017, 2018, 2019) y las grandes empresas comenzaron una ola de despidos masivos como presagio de lo que vendrá en 2023.

La recesión inmobiliaria no debe tener un fin cercano, vaticinan los analistas y el próximo año está cargado de una mayor incertidumbre con un gobierno que hace bastante poco fuera de su agenda de cambio climático, prioridad de temas internacionales, inmigración desordenada y medidas económicas inefectivas.

No obstante, a este adverso panorama nacional, Florida sigue hacia adelante como un estado floreciente económicamente gracias a su gobierno estatal. Sectores como el turismo, tecnología y servicios muestran una increíble recuperación que pueden funcionar como un importante soporte y así evitar un desmoronamiento más pronunciado de la industria inmobiliaria.

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