Todo está listo para la edición número 66 de la ceremonia que premiará al mejor jugador de la temporada en el Théâtre du Châtelet de París. Un evento que retendrá la atención de todo el mundo y que contará con la participación de las máximas figuras del deporte.
Así como la Copa del Mundo es el máximo trofeo al que aspira cualquier futbolista en lo colectivo, el Balón de Oro lo es a nivel personal. Cada uno de los protagonistas nominados por la revista francesa France Football sueña con levantar esa prestigiosa esfera dorada, la cual fue creada en 1956 por una de las joyerías más antiguas de la historia: Mellerio dits Meller.
La ceremonia, organizada por France Football se celebra a partir de las 20:00 en París, en el Teatro del Chatelet y se puede ver en abierto en Teledeporte. También DAZN retransmitirá la gala. Para esta edición, el jurado fue reducido a 100 votantes, que son periodistas de los 100 primeros países en la clasificación FIFA, en vez de los 170 de antes, y en la categoría femenina son 50.
Lionel Messi, que ganó el Mundial de Qatar con Argentina -el único título que le faltaba- es uno de los máximos favoritos al premio. De conseguirlo, sería su octavo Balón de Oro. En categoría femenina, la favorita es Aitana Bonmatí, centrocampista del Barcelona y de la selección española, ganadora del Mundial de Australia y Nueva Zelanda y una de las piezas claves del Barcelona que consiguió el triplete (Liga F, Champions League y Copa de la Reina).
En la actualidad el Balón de Oro tiene 28 centímetros de alto, 22 de diámetro y 12 kilos de peso. Sin embargo, pese a mantener el mismo estilo (una pelota de fútbol) el tamaño de los primeros trofeos era mucho más modesto. “Necesita decenas de horas de trabajo y numerosos especialistas se alternan en su confección: el orfebre, el repujador, el cincelador, el grabador, el dorador, el pulidor… oficios actualmente raros y preciosos”, afirmó Francois Mellerio durante una entrevista con FIFA.com en 2015.
A la hora de desentrañar su elaboración, hay que destacar que es una pieza que se comienza a realizar seis meses antes de la ceremonia en la que será entregada y que cuenta con varios pasos en su confección: desde su inicio, hasta el momento en que se conoce al ganador y estampan su nombre en él.
El repujador es el primero en entrar en acción, ya que es el encargado de tallar dos placas de latón para darle una forma semiesférica replicando un balón. Posteriormente, el orfebre toma esa pieza y las une mediante un trabajo con soplete para darle paso al cincelador, quien rellena la pelota con un material similar a la cera y le dibuja unas costuras con un cincel y un martillo.
El siguiente turno es el del pulidor, quien recibe el balón ya sin el relleno. Su tarea es la de alisar y perfeccionar el trabajo anteriormente realizado y grabar el famoso logotipo al frente. Finalmente, con todos estos pasos hechos, el trofeo se baña en oro antes de ser presentado en una base hecha de un bloque de pirita (piedra compuesta por porcentajes similares de hierro y azufre). Por último, una vez que se conoce el nombre del ganador, el mismo es grabado en el trofeo antes de ser entregado a su dueño sobre el final de la gala.