Espionaje de China en EE.UU a través de los drones

La nación asiática podría estar robando información sensible de EEUU y sus consumidores mediante el uso de drones. «Cada dron de DJI en los cielos de Estados Unidos, es tan bueno como un espía chino flotante»: con esta afilada y preocupante aseveración, expertos del Instituto Gatestone alertaron sobre el peligro que supone para los estadounidenses el uso de drones Made in China en concreto, los provenientes de la mencionada firma. A raíz de la Ley Estadounidense de Drones de Seguridad (ASDA, por sus siglas en inglés), sujeta a aprobarse en el Congreso, Peter Schweizer, miembro distinguido del citado instituto, publicó el análisis “Amenaza a la seguridad nacional: los ojos de China en Estados Unidos”, en el que cita los esfuerzos de Da Jiang Innovations para cabildear en contra del proyecto legislativo.

Mayormente conocida como Ley de Drones de 2022, la propuesta de ley insta al Gobierno a prohibir el uso de productos de esa empresa china, no solo por la información que recopilan sus drones en sí, sino también por los datos que recoge la aplicación móvil con la que los usuarios controlan sus dispositivos, entre ellos, los contactos, las fotos, la ubicación GPS y las actividades en línea.

¿Quién es DJI?

Si usted nunca ha oído hablar de DJI, sepa que esta empresa china controla casi el 90% del mercado mundial de drones comerciales y el 70% de la demanda de drones empresariales e industriales. Con sede en Shenzhen, ciudad considerada el Silicon Valley de China, tiene acceso directo a proveedores, materias primas, y talento joven y creativo para conseguir el éxito, según se lee en su sitio web.

Desde una pequeña oficina en 2006 a una fuerza laboral mundial de más de 6.000 empleados, la empresa de propiedad privada cuenta, asimismo, con oficinas en Pekín, Hong Kong, Alemania, Holanda, Japón y, naturalmente, en nuestro país, donde, solo entre 2020 y 2021, se ha gastado 3,6 millones de dólares por concepto de cabildeo.

Su objetivo, según Schweitzer, es «evitar la aprobación del proyecto de ASDA», razón por la que, incluso, «han reclutado a agentes de policía de jurisdicciones locales para que vayan a Washington y presionen al personal del Congreso sobre lo buenos que son los drones DJI para sus fuerzas».

De acuerdo con este experto, «los chinos saben que acaparar el mercado en un área donde el alcance es igual al acceso, es fundamental para sus planes de dominación a largo plazo. Su patrón incluye el robo de tecnología que no pueden crear y el uso de cualquier medio para facilitar ese robo. Por tanto, cada bit de acceso a la información que buscan, es de más valor para ellos que el producto usado para obtenerlo».

Schweitzer subrayó, además, la importancia de comprender estos patrones de los chinos y, para ejemplificar su modus operandi, citó el caso del Centro Wilson, que en 2017 fue objeto de tácticas de intimidación (recopilación de inteligencia y represalias financieras) por parte de estudiantes y diplomáticos de la República Popular China (RPC).

Agregó que «esas preocupaciones fueron las que llevaron a la Administración Trump a crear la «Iniciativa China» dentro del Departamento de Justicia, en 2018; un esfuerzo que generó muchas condenas de ciudadanos chinos en EEUU por robo de tecnología y otras formas de espionaje industrial», y que la presente Administración decidió dar por terminado en este año.

¿Para qué DJI roba información?

Además de las características antes mencionadas, los drones en cuestión son pequeños y más asequibles que las ofertas de la competencia, sin embargo, representan un grave problema, porque, «como empresa china, todos los datos recopilados están disponibles para el Partido Comunista Chino (PCCh), que luego puede agregar esa información a sus crecientes almacenes de datos sobre ciudadanos estadounidenses, infraestructura crítica y otras objetivos de espionaje», señaló Klon Kitchen.

El experto agregó que si bien DJI niega todo esto, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) difundió una advertencia sobre los drones fabricados en China, en la que, entre otras cosas, dijo: «El Gobierno de Estados Unidos tiene fuertes preocupaciones sobre cualquier producto tecnológico que lleve datos estadounidenses al territorio de un estado autoritario, que permite que sus servicios de inteligencia tengan acceso sin restricciones a esos datos o abusen de ese acceso».

De acuerdo con Kitchen, quien fuera asesor de seguridad nacional del senador Ben Sasse, el Departamento de Defensa (DOD, por sus siglas en inglés) también prohibió la adquisición de drones DJI, con excepciones limitadas para investigación, debido a que representan una amenaza potencial para la seguridad nacional.

La conclusión que resalta es que EEUU debe librarse de los drones de Da Jiang Innovations. Se desconoce la cantidad de información que ha podido robar esta compañía tanto a nivel federal como comercial, sin saber el uso que le esté dando el PCCh.

Esta es otra alarmante advertencia de las intenciones del régimen de China contra EEUU. Por eso, el gobierno debería redoblar la vigilancia sobre la manufactura china y, muy en especial, sobre aquellos productos que por sí mismos son una perfecta arma de espionaje.

Dr. Rafael Marrero