Las declaraciones del papa Francisco sobre el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, al que calificó como “una dictadura hitleriana y grosera” han evidenciado que la relación entre el Vaticano y el Estado de Nicaragua se encuentra en un punto sin retorno. El domingo el Gobierno sandinista ha difundido a través de sus medios oficiales un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores que señala que el Vaticano y Managua “se han planteado una suspensión de las relaciones diplomáticas”.
La fuentes citadas, cercanas al Vaticano, indican que “la representante del Gobierno sandinista ante la Santa Sede comunicó ‘verbalmente’ la ruptura de relaciones en la Secretaría de Estado del Vaticano, en Roma, aludiendo a las declaraciones del santo padre, en las que por primera vez se refirió de forma contundente a los ataques del régimen contra la Iglesia católica”.
El Papa no dudó en dedicarle unas palabras al líder sandinista que ha calificado a «los obispos, los curas, los Papas» de «mafia». «Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige (Daniel Ortega)», señaló el Santo Pontífice.
Las descalificaciones del régimen contra la Iglesia católica no proceden únicamente del presidente de Nicaragua. También la vicepresidenta y esposa de Ortega, Rosario Murillo ha realizado señalamientos graves contra ella, acusando a los obispos de patrocinar «actos terroristas».
Uno de estos obispos ha sido el centro de la ira del régimen en los últimos meses, Rolando Alvarez, que lo ha criticado abiertamente, siendo por ello perseguido y encarcelado. Su negativa a salir del país, como los más de 200 presos políticos, le llevaron a ser condenado en un juicio exprés a 26 años de prisión acusado de «traición a la patria».
Con las elecciones de 2021 y después de ellas, la represión y la persecución contra los que cuestionaban el régimen aumentó, incluidos sacerdotes y obispos, varios de ellos fueron detenidos y condenados por «traición a la patria», como ha sucedido con Álvarez. También han sido cerradas varias ONG, entre ellas “Caritas”.