No cabe duda que la llegada de Lionel Messi a la Major Leagu Soccer ha generado toda una revolución. Los momentos y anécdotas curiosas no cesan y ahora el astro argentino tiene un más para llevarse los reflectores. Messi comparte protagónico en la historia, pues los ojos están puestos en Yassine Cheuko un exsoldado estadounidense que combatió en Irak y Afganistán, en 2001, cuando George Bush era el presidente de Estados Unidos, y ahora protege la integridad del campeón del mundo.
Cheuko es la sombra de Messi. No importa en qué lugar esté el rosarino que en caso de que se requiera su ingreso, lo hace sin vacilar. Se dio en el encuentro ante Philadelphia cuando un hincha, distinguido con la camiseta del Inter, invadió el campo de juego para abrazar al diez, pero Yassine saltó rápidamente e interceptó al hincha, que fue retirado sin haber cumplido con su objetivo.
Adonde va Lionel, va a la par el guardaespaldas pero detrás de la línea de cal, como lo hizo en el festejo de gol ante Orlando City, cuando se pudo ver al ex militar corriendo directamente al lugar al que se dirigía el rosarino.
Así como Lionel Messi batalló dentro de una cancha de fútbol en Medio Oriente para acercar a Argentina a la Copa del Mundo a fines de 2022, dos décadas antes su guardia de seguridad privada viajó a las mismas latitudes con las tropas norteamericanas que combatieron en Irak y Afganistán. Yassine Cheuko, el guardaespaldas de la familia Messi desde su llegada a Miami, tiene su historia.
A este ex militar le encargaron la custodia de una de las personalidades más destacadas del mundo y el deporte en particular. Es por eso que para el ojo común puede llegar a pasar desapercibido el impactante físico de este calvo de barba que se transformó en la sombra de Leo. Desde su debut ante Cruz Azul por la Leagues Cup, Cheuko no solamente está pendiente del argentino durante los arribos y salidas de los estadios, caminatas por las pasarelas y zonas mixtas, sino que además camina junto a él a un costado del campo de juego con la atención puesta en el público: si algún intruso corre hasta la posición del rosarino, inmediatamente se interpone en su camino y lo disuade.