El fracaso mundial para proteger el «medio ambiente» y la toma de conciencia

Hace 10 años, 170 países se comprometieron a cumplir 20 metas para proteger la diversidad y el medio ambiente. “El mundo natural está sufriendo gravemente y empeorando”, concluye un reciente informe de Naciones Unidas en el que se evalúa el grado de cumplimiento del acuerdo. “La tasa de pérdida de biodiversidad no tiene precedentes en la historia de la humanidad y las presiones se están intensificando”, dice Elizabeth Maruma Mrema, secretaria ejecutiva de la Convención de Diversidad Biológica de la ONU. “Cuanto más explota la humanidad la naturaleza de formas insostenibles y socava sus contribuciones a las personas, más socavamos nuestro propio bienestar, seguridad y prosperidad».

No hicieron la tarea

El acuerdo que firmaron los países se llama las 20 Metas de Aichi para la Diversidad Biológica, por el nombre de la ciudad japonesa donde las partes firmaron su compromiso, en 2010. El pacto fue parte de una convención de la ONU y apuntaba a proteger la flora y la fauna, incluyendo evitar la extinción de cerca de un millón de especies en las próximas décadas, un panorama que los científicos llaman la sexta extinción masiva, esta vez causada por la humanidad.

  • El enorme (y silencioso) problema de «las pelusas» que liberan «las lavadoras»

Las metas incluían: reducir por lo menos a la mitad el ritmo de pérdida de bosques; evitar la pesca excesiva y la degradación de los arrecifes; aplicar agricultura sostenible; disminuir los niveles de contaminación; controlar las especies invasoras que afectan los ecosistemas; evitar la extinción de especies en peligro; y conservar las fuentes de agua. Para cada uno de estos indicadores, la frase que más se repite en el informe es “la meta no se ha logrado”.

De las 20 metas, solo 6 se alcanzaron «parcialmente»: el control de especies exóticas e invasoras; la protección de áreas terrestres y marítimas; la participación equitativa de los beneficios derivados de la utilización de los recursos genéticos; la elaboración de políticas para proteger la biodiversidad; el avance en el conocimiento científico sobre la biodiversidad; y la asignación de recursos financieros para proteger la misma.