Juan Vucetich, antropólogo y policía, creador de las huellas dactilares nació en Croacia el 20 de julio de 1858, Emigró junto a su familia a la República Argentina. En 1888 ingresó en la policía de la provincia de Buenos Aires con el cargo de meritorio en la Oficina de Contaduría y Mayoría, pasando posteriormente a la Oficina de Estadísticas.
- El 1 de septiembre de 1891 Vucetich hizo las primeras fichas dactilares del mundo con las huellas de 23 procesados, y se estableció como Día Mundial de la Criminalística.
- Necochea fue la primera ciudad en el mundo en resolver un caso con este método.
- En 1905, su sistema dactiloscópico fue incorporado por la policía como método de identificación de personas.
- En 1907, la Academia de Ciencias de París informó públicamente que el método de identificación de personas desarrollado por Vucetich era el más exacto conocido hasta ese momento.
- Falleció el 25 de enero de 1925, Dolores provincia de Buenos Aires.
Vucetich definió a la Dactiloscopía como “la ciencia que se propone identificar a las personas físicamente consideradas por medio de la impresión o reproducción física de los dibujos formados por las crestas papilares en las yemas de los dedos de las manos”.
Ahora los científicos han descubierto cómo se forman las huellas dactilares y de qué modo es que toman sus características únicas. Un nuevo estudio multidisciplinario ha determinado que las crestas de las huellas dactilares y sus arcos, bucles y verticilos típicos están formados por una combinación de señalización molecular y la anatomía de los dedos en desarrollo.
Estas crestas se forman como una serie de ondas que se extienden desde distintos sitios del dedo en desarrollo para formar el patrón de la huella dactilar. A medida que se forman estos patrones, están influenciados por muchos factores, incluida la longitud de los dedos, la forma de sus yemas y la actividad localizada de los genes. El resultado de esto es una variedad infinita de patrones de huellas dactilares que pueden tener lugar. La información de este trabajo podría ayudar a comprender cómo las estructuras de la piel, las glándulas sudoríparas y los folículos pilosos, no se forman en personas afectadas por trastornos como la displasia ectodérmica hipohidrótica.