La acusación contra Donald Trump lleva a Estados Unidos a aguas verdaderamente desconocidas. Hasta ahora, un presidente o expresidente nunca se había enfrentado a cargos penales. La acusación que se presentó en su contra en Nueva York se queda muy corta con respecto a las acusaciones que se investigan en otros lugares sobre el asalto al Capitolio de Estados Unidos y la anulación del resultado de unas elecciones.
Si se lo persigue por cargos menores, se corre el riesgo de que aumente su prestigio entre sus partidarios, e incluso de que aumenten sus posibilidades de volver en 2024. Trump afirmará que eso reivindica su narrativa de que un «Estado enquistado» lo persigue. El riesgo de violencia es real. Sin embargo, el Estado de Derecho es la base sobre la cual se construye la democracia. Comprometerse con uno hiere de muerte al otro.
Donald Trump se convirtió este martes en el primer expresidente de Estados Unidos en enfrentar cargos penales. El político y empresario, de 76 años, se presentó ante una corte de Manhattan, Nueva York, donde el juez le informó de 34 cargos que se le imputan y que están relacionados con el pago por el silencio de una ex actriz porno con la que supuestamente mantuvo una relación.
El pago en sí mismo no sería ilegal, pero Trump presuntamente lo registró como un gasto de sus negocios. En Nueva York falsificar información relativa a los negocios es ilegal.
Luego de más de una hora de procedimientos, Trump quedó en libertad bajo fianza. Más adelante el expresidente viajó a su residencia en Mar-A-Lago y ofreció un discurso en el que arremetió contra Alvin Bragg, el fiscal que lleva su caso, de quien dijo debía renunciar.
El exmandatario aseguró que cuando lo acusaron, sus abogados le dijeron: «Aquí no hay nada, ni siquiera están diciendo qué hiciste».
Pero Bragg, fiscal de distrito de Manhattan, alega que su oficina ha estado investigando un pago de US$130.000 realizado por el exabogado de Trump Michael Cohen a la actriz Stormy Daniels. El dinero fue presuntamente entregado antes de las elecciones de 2016 a cambio de su silencio sobre una supuesta relación extramarital.
En un comunicado, Bragg informó que la acusación es por «falsificación en primer grado de registros comerciales». «El estado de Nueva York alega que Donald J. Trump falsificó repetida y fraudulentamente los registros comerciales de Nueva York para encubrir delitos que ocultaban información potencialmente perjudicial a los votantes durante las elecciones presidenciales de 2016», señaló.
«Manhattan alberga el mercado empresarial más importante del país. No podemos permitir que las empresas de Nueva York manipulen sus registros para encubrir conductas delictivas», añadió. En la audiencia, el expresidente se declaró «no culpable» de los 34 cargos.
Su abogado principal, Joe Tacopina, dijo que la acusación muestra «que el estado de derecho murió en este país». «Si bien nadie está por encima de la ley, nadie está por debajo de ella tampoco. Y si el nombre de este hombre no fuera Donald J. Trump, no habría el escenario en el que todos estamos aquí hoy», agregó.
El caso es rechazado por el exmandatario, quien considera que está motivado políticamente y es parte de una «caza de brujas» en su contra para coartar sus aspiraciones presidenciales en la elección de 2024.