Nicolás Maduro (Venezuela), Miguel Díaz-Canel (Cuba) y Daniel Ortega (Nicaragua) participarán de la próxima cumbre de la CELAC en Buenos Aires. A días del arribo a la capital argentina de varios de esos tiranos para participar de la reunión que se realizará el 24 de enero, el Foro Argentino por la Democracia en la region, presentó una denuncia contra esos individuos por violaciones a los derechos humanos. A la vez que cuestionaron la invitación extendida por la Administración Fernández-Kirchner a esos dictadores.
La presencia de los jerarcas castrochavistas de Cuba, Venezuela y Nicaragua en simultáneo con la denuncia por parte de las autoridades argentinas del intento sedicioso contra las autoridades democráticas brasileñas pone de relieve una vez más el cinismo y el doble estándar del que en materia de protección de las democracias hace gala el gobierno iniciado el 10 de diciembre de 2019.
Pero la incoherencia y la desfachatez no es exclusiva de los kirchneristas. Por el contrario, es prácticamente una constante del cinismo con el que se conducen los seguidores del Foro de San Pablo y el Grupo de Puebla. Jamás han dicho una sola palabra cuando los gobiernos democráticos de las Américas son asediados por quienes buscan provocar cambios de régimen mediante revueltas y manifestaciones infiltradas precisamente por las fuerzas coordinadas del eje La Habana-Caracas-Managua.
Es por ello que resulta saludable que un grupo de distinguidos defensores de los DDHH liderados por una valiente luchadora de la libertad como Elisa Trotta Gamus -e integrado por figuras como Jorge Faurie, Eduardo Feinman, Diego Guelar, Paula Bertol, Waldo Wolff, Karina Banfi, Graciela Fernández Meijide, Ricardo López Murphy, Alfredo Leuco, Maximiliano Ferraro, Alfredo Cornejo, Álvaro De Lamadrid y Brian Schapira- cuestionen la presencia en nuestro país de esos déspotas. Los que son responsables de décadas de muertes, desapariciones, torturas y exilios forzados de generaciones enteras de hermanos cubanos, venezolanos y nicaragüenses.