Colombia giró a la izquierda

Tras 28 años de gobiernos de derecha, los colombianos dieron un giro a la política del país al elegir este 19 de junio a Gustavo Petro como Presidente para el periodo 2022-2026. Muchos se preguntan ¿por qué costó tanto que el país girara a la izquierda? así fuesen unos grados; y, tal vez lo mas relevante, habida cuenta del resultado de hoy, ¿qué ocurrió para que, por primera vez, se haya impuesto una plataforma progresista ?

En Colombia ha habido, si acaso, liberalismos progresistas, en los casos de Alfonso López Pumarejo, Alberto Lleras Camargo, Alfonso López Michelsen y Ernesto Samper Pizano. Representaron paréntesis en la extensa historia de un bipartidismo cerrado, implacable con las alternativas y ortodoxo ideológicamente. Solamente en estas administraciones, asomó la intervención del Estado en el mercado, la defensa de lo colectivo y amplitud en el catálogo de derechos directamente amenazados por la religiosidad. Entretanto, la izquierda orgánica estuvo en desventaja. La lucha armada de las guerrillas, en especial de las FARC, estigmatizó a generaciones, lapidadas mediáticamente y acusadas de condescendencia o aquiescencia con la violencia. Esto incluyó a lo largo de los 80, 90 y en los 2000, el exterminio de la Unión Patriótica (5733 militantes fueron asesinados) resultado de las negociaciones entre la guerrilla y el gobierno de Belisario Betancourt. En estas elecciones, se pudo observar cómo el lastre de la lucha armada sigue siendo un instrumento para su desprestigio. Gustavo Petro quien ha sido concejal, representante a la Cámara, Senador, alcalde, cabeza de la oposición durante 30 años de carrera, sigue siendo señalado como guerrillero. Incluso vale decir que, pocos políticos tienen una trayectoria tan extensa en las instituciones y, ninguno de sus contendores a la presidencia tenía un recorrido siquiera cercano.

A la izquierda se le arrebató la posibilidad de gobernar acudiendo a la falacia de que permitirlo, significaría legitimar la lucha armada. En épocas más recientes, el recurso retórico evolucionó para asegurar que progresismo era sinónimo de venezolanización, una campaña efectiva hace cuatro años pero que, terminó por agotarse en esta.

¿Por qué ahora Colombia venció los miedos y giró a la izquierda? Tres factores lo explican. Primero, en estos años el país se acostumbró a la idea de que Gustavo Petro era capaz de construir un proyecto plural que no pusiera en riesgo del régimen de propiedad privada, ni la economía de mercado. Desde hace 8 meses, ocurrió una suerte de transición en la que Petro, reunido con empresarios, inversionistas y figuras representativas del establecimiento, demostró que, los lugares comunes de la derecha eran infundados. La base que le permitió llegar a 8 millones de votos en la segunda vuelta de 2018 se mantuvo, por lo cual, en este tiempo, se dedicó a buscar los apoyos de centro que le permitieron llevarse la segunda vuelta.

Segundo, los ejemplos latinoamericanos de Argentina, Chile o México han corroborado una tendencia que se ha perfilado desde 2017, un progresismo que toma distancia del modelo venezolano. Ningún gobierno de izquierda elegido ha tenido muestras de simpatía con Nicolás Maduro, ni ha insinuado seguir ese camino. El más enfático, sin duda, ha sido Gabriel Boric, quien califica a Nicaragua y Venezuela como ejemplos de autoritarismo y cuyo acercamiento al centro, ha sido aleccionador sobre cómo este progresismo postcrisis venezolana ha encontrado un nuevo equilibrio tanto en el discurso como en la praxis.

(Fuente: Infobae)