El alza del precio de la vivienda y la insuficiencia de salarios para hacer frente al coste de la vida ponen en peligro la permanencia de los más jóvenes en la zona metropolitana de Miami. Entretanto, muchos optan por irse a Austin, Denver o Dallas porque encuentran allí mejores condiciones para vivir. Existen reportes que señalan que quienes conforman las llamadas generaciones Millenials y Z, que nacieron a partir de 1981, emigran paulatinamente de Miami-Dade a otras ciudades.
Entre esos informes destaca el análisis realizado por la firma Today’s Homeowner, que tuvo en cuenta datos de la oficina del Censo nacional y referencias de sondeos en varios estados, para asegurar que cerca de 3.000 jóvenes con 25 años o menos han abandonado Miami-Dade en los últimos 12 meses. “Dependiendo de la etapa de la vida, hay factores que empujan y entran en acción a la hora de tomar una decisión si mudarse o no”, señaló Sam Wasson, precursor del informe.
Entre esos jóvenes resaltan médicos, enfermeros, especialistas en informática y personal académico calificado que la ciudad necesita para ser competitiva y atraer la atención de grandes empresas, que a su vez producen empleos y mejores remuneraciones.
“Con eso en mente, el equipo de investigaciones de Today’s Homeowner analizó los datos para comprender mejor a dónde se mudan las personas, de dónde se mudan y cómo difieren los patrones de mudanza de cada generación”, explicó.
En efecto, el precio de la vivienda y el aumento de alquileres en el sur de la Florida se han disparado en los últimos dos años, aunque comienza a menguar.
En el caso de Miami, el aumento de alquiler superó el 32%, con una media de 2.800 dólares por apartamento, lo que significa 33.600 dólares al año, mientras el salario promedio por hogar, según Miami-Dade Matters, que valora los índices del nivel de vida, la salud y otros pormenores de la población en nuestra zona, ronda los 54.000 dólares al año.
“Quienes han tenido mejor suerte, han comprado apartamentos, incluso caros en la zona de Brickell o Miami Beach, pero otros, que apenas ganan 45.000 dólares, no tienen con qué comprar”, comentó Fabio Gutiérrez, agente de la agencia inmobiliaria Miami Rent & Buy.
De hecho, la población en Miami-Dade creció de 1.6 millones en 1980 a 2.7 millones en 2020, lo que significó un aumento de 40.7% en 40 años.
Sin embargo, datos oficiales del Censo nacional plantean que en los últimos dos años unas 100.000 personas han abandonado Miami-Dade, aunque se cree que la reciente llegada de inmigrantes, que aún están por contar, puede haber hecho recuperar la cifra.
“El aumento poblacional, sin la adecuada infraestructura, trae serios problemas de orden socioeconómico”, comentó el consultor político Andrés Sánchez, de la firma Sánchez & Associates.
“Atraer la atención de inversionistas, para crear los medios y proveer empleos, ha sido el gran dilema de los gobiernos a todo nivel. No es suficiente dedicar un número limitado de recursos. Hay que hacer más. De lo contrario, quienes estén calificados para echar adelante la ciudad se irán”, resumió.