La diferencia entre Lula y Bolsonaro se achica. Las últimas encuestas indican una diferencia entre 4 y 5 puntos de diferencia, a diez días de la segunda vuelta. La primera en publicar sus resultados fue Quaest que ubica a Lula con 52,8 de los votos válidos contra 47,2 de Bolsonaro. En este sondeo, Bolsonaro empieza a aparecer con ventaja fuera del margen de error en el Sudeste, sigue liderando en el Sur pero pierde por 40 puntos en el Nordeste. Más tarde, se publicaron los resultados de Datafolha en donde se refuerza la recuperación de Bolsonaro quien se acerca cada vez más rápida a Lula quedando sólo a 4 puntos de Lula.
Estos números entusiasman al bolsonarismo que viene instalando un clima de remontada en las redes sociales y afirman que el Presidente vencerá el 30 de octubre. Los más entusiastas son el jefe de campaña, Ciro Nogueira y los hijo de Bolsonaro, Flavio y Eduardo, los más activos en la campaña de su padre. Dentro de las razones que esgrimen para explicar la recuperación aparece la efectividad de la campaña, la buena performance de Bolsonaro en el debate del domingo y el volumen político de los apoyos que permiten canalizar todo el voto anti-Lula.
Por su parte, en el PT observan con preocupación el escenario porque «todavía falta mucho tiempo» y temen que la maquinaria estatal y la «guerra sucia digital» sigan haciendo efecto entre los votantes indecisos. En este marco, la campaña de Lula se enfocó en hacer públicos los apoyos de decenas de empresarios de agro acercados por Simone Tebet, organizó una reunión con evangélicos para desmentir las acusaciones del bolsonarismo y prepara una intervención en la campaña más fuerte de Ciro Gomes.
En los próximos diez días se esperan una ofensiva fuerte de Bolsonaro con medidas para los sectores más pobres, los que cobran hasta dos salarios mínimos y votan a Lula, para seguir achicando distancia y un refuerzo de Lula de mostrar los números de la economía que «el gobierno esconde» como la inflación más alta desde la creación del Plan Real en los alimentos.