El presidente de Brasil ratificó en un acto de campaña en Minas Gerais su compromiso en la lucha contra el comunismo para evitar que lleguen al gigante sudamericano la liberación de la cocaína, la miseria y la represión que caracterizan a Petro, Maduro y Ortega, respectivamente.
En la recta final para la primera vuelta de las elecciones presidenciales del próximo 2 de octubre en Brasil, el presidente Jair Bolsonaro, que aspira a la reelección, alertó al electorado sobre el futuro que le esperaría al país si el exmandatario izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva logra volver al poder. Para ello puso como ejemplo a los aliados del fundador del Foro de Sao Paulo: Nicolás Maduro, de Venezuela; Gustavo Petro, de Colombia; y Daniel Ortega, de Nicaragua.
En un acto de campaña en Divinópolis, estado de Minas Gerais, Bolsonaro ratificó la defensa de los valores cristianos y su férrea lucha contra el comunismo. «Todas las mañanas me despierto, me arrodillo, rezo un Padre Nuestro y le pido a nuestro Dios que nuestro pueblo brasileño nunca sienta los dolores del comunismo», dijo Bolsonaro, según palabras reseñadas por la agencia EFE.
Con el reciente triunfo de Gustavo Petro en Colombia, el mapa de la región se tiñó casi todo de rojo, siendo hasta el momento Brasil la excepción más destacada por el tamaño de su territorio, su población y el peso de su economía, que bajo la administración de Bolsonaro volvió a ocupar un lugar entre las diez más grandes del mundo. Es por ello que el aspirante a la reelección decidió poner a Petro, Maduro y Ortega como ejemplos de lo que busca evitar en Brasil.