En medio de los tiempos que corren, los mercados fluctuantes y la economía complicada, los trabajos de construcción de las carreteras en Miami siguen a pleno ritmo. El multimillonario proyecto de expansión del cruce de las autopistas 836 y 395 con I-95 están bastante avanzadas. Las obras son parte de un megaproyecto de 802 millones de dólares que podría demorar cinco años y que daría a la autopista 836, mejor conocida por Dolphins Expressway, un segundo nivel de tráfico hasta la avenida 17, así como nuevas rampas de acceso y un nuevo distribuidor sobre I-95 que será distinguido con una serie de arcos que cambiará el panorama urbano del centro de Miami.
Tanto el diseño como la construcción de ambos proyectos forman parte del plan conjunto de FDOT y MDX que suma los 802 millones de dólares, de los que 186 millones son abonados por la autoridad de autopistas de Miami-Dade, en base a la recolección de peaje a futuro, para pagar la factura de las obras del segundo nivel de la autopista. Los planes para la I-395 incluyen un puente sobre Biscayne Boulevard y un tramo de dos pisos hasta MacArthur Causeway para pasar por la I-95 y el río Miami.
La sección de dos pisos proporcionará a los conductores una conexión directa a MacArthur Causeway. Las joyas de la ciudad —el Arsht Center for the Performing Arts, el Frost Science Museum y el Perez Art Museum— estarán mejor conectados unos con otros, con el Museum Park y la zona frente al mar. En teoría, deberá ser más fácil entrar y salir del downtown y atravesar el caótico distribuidor de vías, aunque no hay dudas de que las nuevas vías atraerán más tráfico.