El paro y los bloqueos que llevó adelante el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) a plantas de procesamiento en la provincia de Chubut, provocó que se pudrieran 500.000 kilos de langostinos que iban a exportarse y debieron ser arrojados a la basura. Un hecho perverso y despiadados, mientras el país sufre una severa crisis socioeconomica, con más del 45 % de pobreza.
El conflicto entre el sindicato y las cámaras y empresas pesqueras se potenció en las últimas semanas a partir de la convocatoria a una huelga general y de los dos piquetes instalados en puntos clave de Puerto Madryn. Cuando intervino el Ministerio de Trabajo y dictó la conciliación obligatoria, pero el SOMU no la acató. Sin embargo, sí consiguió que se levantaran los piquetes en el puerto. Pero fue tarde. Tras liberarse los camiones, cuando fueron a descargar la mercadería, la revision sanitaria determinó, que la mayoría ya estaba podrida y tuvieron que desecharla porque no rendía las condiciones para su procesamiento y posterior consumo humano.

Todo comenzó cuando el sector empresario de la flota “congeladora-tangonera”, los buques-factoría que pescan, congelan y procesan el marisco para su venta en el mercado interno y para la exportación en cajas de dos kilos de “langostino austral patagónico”. no logró que el sindicato aceptara adecuar los niveles salariales en dólares a la caída de más del 50% del precio internacional del langostino. El acuerdo no fue posible ni siquiera en una audiencia de conciliación que se llevó a cabo en el ministerio de Trabajo y a la que asistió el subsecretario de Pesca, Carlos Liberman, un funcionario que responde a Máximo Kirchner.
Las empresas sospechan, además, que la intransigencia de la conducción actual del SOMU obedezca al temor de que el ex secretario del gremio Omar “Caballo” Suárez, ya fuera de la cárcel, intente recuperar el gremio corriéndolos por izquierda. Según Eduardo Boiero, de Capeca, un buque congelador pierde hoy 100.000 dólares por marea y más de 1.200 dólares por tonelada pescada, lo que resultó en que el 99% de la flota quedara en puerto.