En medio del escándalo del avión, otro iraní fue detenido con documentación falsa en la provincia de Entre Ríos. Sobre su cuello llevaba un notorio crucifijo. Probablemente, haya sido la mejor idea que tuvo el misterioso ciudadano iraní para pasar inadvertido, como un morocho católico más del montón, en el interior de Argentina. Todavía no está claro cuánto tiempo anduvo libremente. Cayó en la tarde de ayer, cuando quiso comprar un pasaje de bus, en la terminal de Concepción del Uruguay, provincia de Entre Ríos. Evidentemente, las empresas de micros de mediana y larga distancia tienen un sistema de seguridad más eficiente que la oficina de migraciones. Es claro que, por estas horas, Argentina se convirtió en un colador de iraníes de dudosa procedencia.
Asan Azad, de aproximadamente 30 años, llamó la atención de los empleados de la empresa de ómnibus, ya que, a pesar de tener documentos de identidad nacionales, hablaba poco y nada de español. Curioso. Según los que presenciaron la sospechosa escena en la estación, el hombre hablaba también un rústico y limitado inglés, por lo que tenía problemas para hacerse entender con los que, supuestamente, eran sus compatriotas argentinos. Según el documento, el falso ciudadano argentino tenía domicilio en la provincia de Corrientes. Por estas horas, el detenido ya fue llevado para interrogar en la provincial. Colaboran con la investigación la Policía Federal, Gendarmería, Prefectura y Migraciones.
La detención del ciudadano iraní no es un episodio aislado. Todavía se sabe poco y nada del avión detenido en Ezeiza que, para Israel, trasladaba una delegación de personas vinculadas al tráfico de armas y organizaciones terroristas. La desorientación del gobierno nacional es tal, que cuando se confirmó el arribo de la aeronave, las teorías oficiales fueron una más insólitas que las otras. En un primer momento, el ministro de Seguridad aseguró que no había nada de raro en los tripulantes, solamente que Gholamreza Ghasemi tenía el mismo nombre que un oficial de las fuerzas Quds (organización designada como terrorista por los Estados Unidos). Sin embargo, las autoridades paraguayas aseguraron que no se trataba de un “homónimo”, sino que era la misma persona.
La última semana, la embajada de Israel en Asunción tuvo que salir a aclarar la situación, ya que el gobierno argentino no dejó de decir estupideces. En una entrevista televisiva, Agustín Rossi, jefe de Inteligencia, manifestó que los iraníes detenidos no eran más que instructores de vuelo de los venezolanos a bordo. Luego de semejante manifestación oficial por televisión, las autoridades israelíes señalaron que son personas vinculadas al tráfico de armas.
Evidentemente, la presencia iraní en Argentina es más que preocupante.