Argentina dio el primer paso para volver a ser potencia

Ni en los sueños más ambiciosos de los liberales argentinos alguien se imaginaba algo semejante. En cadena nacional, el presidente Javier Milei presentó su megadecreto de necesidad y urgencia que cambia radicalmente la estructura de un país, completamente arruinado por el corporativismo intervencionista gubernamental.

Aunque el nuevo presidente ya había dado algunas señales en la primera semana de gestión, el paquete que presentó el mandatario hace unos dias, es una clara muestra de las intenciones de una gestión que pretende ir al hueso. De poder ponerlo en marcha, Milei cambiará radicalmente a Argentina y pasará de ser uno de los países con la economía más reprimida a uno de los más libres del mundo.

Entre los puntos del DNU anunciados por el mandatario, se destacan el final de todos los controles de precios y sus herramientas, como también de la fracasada ley de alquileres y la ley de abastecimiento. Se abre la importación, se quitan las restricciones a las exportaciones y se abre el proceso para privatizar todas las “empresas” del Estado. Se eliminan las regulaciones a las empresas privadas y todos los agentes económicos estarán sujetos a la competencia del libre mercado. Además, Milei aseguró que los clubes de fútbol que quieran modificar su estructura para pasar a ser sociedades anónimas, estarán en condiciones de hacerlo.

El kirchnerismo aseguró antes del balotaje que, de llegar a la Presidencia el libertario, los clubes se “privatizarían”. JavierMilei dejó en evidencia que se trató de otra mentira de campaña. Lo harán las entidades que lo deseen y las que no, no. Depende de cada club y sus socios.

De la noche a la mañana, Argentina cambia el más vetusto intervencionismo por el liberalismo consagrado en su Constitución Nacional.

“Argentinos, hoy es un día histórico para nuestro país, después de décadas de fracasos, empobrecimiento y anomias, hoy comenzamos el camino de la reconstrucción”, dijo el presidente argentino al inicio de su discurso, en el que estuvo acompañado por el gabinete completo.

El anuncio tuvo lugar en una jornada complicada. La izquierda amenazó con una manifestación que volvería a cortar las principales arterias del microcentro porteño, generando el caos de tránsito usual en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Sin embargo, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, puso en marcha el protocolo para impedir el corte de calles, que tuvo una importante efectividad, por tratarse de una primera y temprana prueba. La avenida 9 de Julio permaneció libre, se cortaron pocos instantes arterias menores y la ciudad mantuvo una mediana normalidad, dada las circunstancias.

Es claro que el presidente y su equipo están dispuestos a cumplir su promesa: llevar a la Argentina de ser un país estatista y reprimido a una potencia mundial, de la mano de la libertad. Hoy comienza a escribirse una nueva historia. Habrá que ver si llegamos a la última página del libro, sin abandonarlo antes. Pero si se llega, ese último capítulo es más que prometedor.

Marcelo Duclos (Periodista)