El incremento paulatino del alquiler empuja a familias a tomar decisiones que no imaginaron tres años atrás. El alquiler de viviendas en el sur de la Florida se ha disparado en los últimos dos años y esto ha obligado a muchos inquilinos a recortar sus gastos personales o incluso buscar fuentes adicionales de ingresos. En los últimos dos años, los alquileres han aumentado alrededor de un 50 % en West Palm Beach, un 28 % en Fort Lauderdale y un 32 % en Miami, según las cifras publicadas por la agencia inmobiliaria Apartment List.
Según los datos divulgados, el alquiler promedio en el área metropolitana, que corre desde Palm Beach hasta Miami-Dade, es de 2,846.00 dólares al mes, cuando esa cifra debería rondar los 2,331.48 dólares Esta situación obliga a familias de ingresos medios o menores a tomar decisiones que no imaginaron tres años atrás. “Sabíamos que vendría un mal tiempo después de la pandemia (de coronavirus). No solo inflación, sino también escasez de viviendas”, comentó Susana, vecina de Coconut Grove, en Miami, que optó por mudarse al apartamento de una amiga para compartir gastos, después de recibir un aumento de alquiler de 30%.
“Muy pronto, si esta situación no mejora, veremos a muchas personas compartir el alquiler con amigos o familiares, como hacen en otras grandes ciudades”, anticipó Fabio Gutiérrez, agente de la agencia inmobiliaria Miami Rent & Buy. De hecho, Guitiérrez percibe una merma importante de clientes que buscan alquilar o comprar apartamentos o casas.
“Ni hay inventario suficiente disponible, hay alquileres ni precios económicos. Y mientras sigamos aplaudiendo la idea de que la gente de Nueva York se mude a Florida, la situación podría empeorar”, subrayó. En efecto, además del “mal tiempo” pronosticado por la pandemia, la esperada inflación y otras deficiencias, el flujo de más de medio millón de personas, procedentes de otros estados, durante los años 2020 y 2021, pudo haber influenciado negativamente en el mercado inmobiliario.