A dos años de las protestas en Cuba, “nueva ola de represión”

El 11 de julio de 2021 miles de cubanos salieron a las calles al grito de “Tenemos hambre” y “Abajo la dictadura”. Dos años después de las manifestaciones antigubernamentales en Cuba, por las que cerca de 500 personas han sido condenadas, la isla comunista sigue sumida en una profunda crisis económica y social que alimenta el descontento, pero también la represión contra voces disidentes.

El 11 de julio de 2021 miles de cubanos se volcaron a las calles de la isla al grito de “Tenemos hambre” y “Abajo la dictadura”, después de meses de estricto confinamiento por la pandemia y de una crítica situación económica ante la ausencia de turistas, en unas protestas inéditas desde la Revolución de 1959.

Más de 1.500 fueron detenidos, entre ellos casi 700 siguen en prisión, según la ONG Justicia 11J, nacida en Cuba para documentar estos arrestos y ahora con sede fuera de la isla. Según cifras oficiales, cerca de 500 fueron condenados con penas definitivas, algunos hasta por 25 años de cárcel.

El gobierno acusa a Estados Unidos de orquestar las marchas para derrocarlo. El lunes Granma, órgano de difusión oficial, volvió a denunciar la “responsabilidad directa” de Washington. Aunque el presidente Miguel Díaz-Canel aseguró hace un año que el país de 11 millones de habitantes superaría la “compleja situación económica”, Cuba sigue luchando por salir del atolladero.

La información sobre estas protestas se filtra a través de imágenes publicadas en redes sociales por la ciudadanía. Las autoridades, visiblemente sorprendidas durante el estallido de 2021, han tomado la costumbre de interrumpir el internet móvil cuando surgen estos brotes para evitar su extensión.

Opositores y activistas denuncian regularmente detenciones arbitrarias, hostigamiento o presiones para abandonar su país. Justicia 11J lanzó recientemente una campaña para alertar sobre el arresto de “diez activistas y disidentes cubanos” que siguen encarcelados, bajo una “nueva ola de represión”.

Jóvenes activistas que fueron el rostro de la movilización, entre ellos el dramaturgo Yunior García y la historiadora del arte Carolina Barrero, se vieron obligados a abandonar Cuba. Otros fueron detenidos, como el artista Luis Manuel Otero Alcántara, condenado a cinco años y que el viernes inició una huelga de hambre.

“En Cuba la situación de derechos humanos sigue deteriorándose”, denunció en mayo Amnistía Internacional, apuntando al código penal en vigor desde 2022, que es más represivo.

El Vaticano, la Unión Europea y Estados Unidos pidieron la liberación de los manifestantes encarcelados.

(Con información de AFP)